¡HOY TE VI SEÑOR!


Hay unas preciosas prosas que el poeta himnologo inmortalizara en ese cántico que comienza así:
"En presencia estar de Cristo,
Ver su rostro ¿que sera?
Cuando al fin en pleno gozo
Mi alma le contemplará"
agrega el coro:
Cara a cara espero verle
Mas allá del cielo azul:
Cara a cara en plena gloria,
Yo veré al Señor Jesús". (Himnos y Cánticos del Evangelio)
Es preciosa la esperanza del creyente ya que esta sera una realidad, ver el rostro de nuestro Señor; así lo señala Apocalipsis 22:4 "Y verán su rostro..." esta es la meta final de la historia de la redención: Dios viviendo entre su pueblo fiel, los santos viendo a Jesucristo y viviendo con el cordero de Dios, quien mediante el amor nos redimió por su muerte en la cruz. Nuestra mayor felicidad será ver a Dios: "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios" (Éx 33:20,23; Is 33:17; Mt 5:8; Jn 14:9; 1Jn 3:2).
Me pregunto: ¿ He de esperar hasta la eternidad para ver a mi Señor? y nuevamente la pluma de la poeta me dice: ¡HOY TE VI SEÑOR!:

¡Hoy te vi, Señor, pasabas en el viento
y tocaste mi rostro presuroso,
arrastrando a tu paso, cual caricia,
la fragancia de un cielo esplendoroso!

¡Hoy te vi, traías a las nubes
cual Pastor que guía la manada
hoy te vi en el sol y centellaba
al estar tan cerca de tu morada!

¡Te vi en el mar, imponente, majestuoso
arrastrando a su paso la impureza,
te vi luego trazando el horizonte
cual Maestro sublime de destreza!

Te vi en la flor, en el pájaro que canta,
en el grano de trigo reluciente
te vi en la lluvia mojando las praderas
cual alfombra de cristal que ya se extiende.

¿Cómo no verte, Señor? lo llenas todo
Cielo y Tierra, infinito y Universo
y me llenas el alma desbordante
del amor que por Cristo en mi has puesto!

¿Habrá un lugar donde no podré mirarte?
¡Si hasta te veo en una cruz clavado,
purgando mis pecados por llevarme
donde podré mirarte cara a cara!
(Melita De Macchia)

"Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro". (Hebreos 4:13, 16)
pastor Juan Carlos Aranda
http://encuentrame-sipuedes.blogspot.com/

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