DIEZMOS Y OFRENDAS


“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”. Malaquías 3:10

Debemos partir de la base que todo lo que tenemos es de Dios; nosotros mismos le pertenecemos y Dios nos ha reconocido como mayordomos de sus posesiones (1 Corintios 6:20; Romanos 12:1). Las palabras de David: “…todo es tuyo, y de lo recibido de tus manos te damos” (1 Crónicas 29:14) deberían reglar nuestras vidas.

El Antiguo Testamento y su Enseñanza

Partiendo de la base de que Dios es el dueño de todo (Génesis 14:22; Salmo 50:10) y ejemplo perfecto de Dador (Juan 3:16; Hechos 11:17; 1 Juan 5:11), los primeros hombres aprendieron a dar, pensando que era justo hacerlo y nunca demasiado. Desde el cordero de Abel en adelante el criterio sustentado por los ofrendantes fue el de traer lo mejor para Dios.
La practica del diezmo aparece mucho antes que lo estableciera la Ley de Dios, Abraham entrega los diezmos de todo a Melquisedec, agradeciendo a Dios por la victoria que le había dado y reconociendo que ese era su legitimo sacerdote (Génesis 14:20; Hebreos 7:4-10). Abraham siguió siendo durante toda su vida un patriarca sacerdote dispuesto a dar hasta su hijo, sí esa era la voluntad de Dios.
Establecida la Ley de Dios, Israel aprendió a dar voluntariamente por medio de diezmos obligatorios, cuando los israelitas dejaban de hacerlo cometían el delito de robo a Dios (Malaquías 3:8-10). Luego que los diezmos se habían cumplido, comenzaban las ofrendas voluntarias.

Los diezmos obligatorios Los israelitas daban:

(a) El primogénito (Exodo 13:1-2) redimible por la muerte de un cordero (Exodo 13:15), el primogénito de asno, también redimible por un cordero (Exodo 13:13). Cada primogénito de bestia debía ser sacrificado a Jehová (v12).
(b) El diezmo de todo Primero: Diezmo para los levitas (Números 18:21-28), para el mantenimiento del sacerdocio y el orden levítico. Segundo: Otro diezmo para las fiestas (Deuteronomio 12:6, 11, 17). Tercero: Parece que cada tres años había otro diezmo especial (Deu. 26:12).
(c) Primeros Frutos: Exodo 22:29.
(d) Regalos Varios: Primero: fruta sin juntar para los pobres (Levítico 19:9-10); Segundo: el costo de los animales y cosas para las ofrendas; Tercero: Pérdidas por descanso dados al Señor (Levítico 25:4; 25:11); Cuarto: Varias otras pequeñas dádivas (Levítico 23:38-42).

Las Ofrendas Voluntarias

Las ofrendas voluntarias eran ofrecidas de acuerdo a la capacidad de cada donante (Levítico 1, 2,3) “Conforme Jehová le haya prosperado”. Las ofrendas lejos de ser mezquinas eran por momentos muy abundantes teniendo en cuenta la capacidad del pueblo; cuando más cerca de Dios estaban mas daban.

La Enseñanza del Nuevo Testamento

En términos generales los evangelios presentan un panorama similar al del Antiguo Testamento.
El Señor Jesucristo reprobaba la hipocresía como por ejemplo llevar el presente al altar manifestando una visible devoción a Dios estando disgustado con un hermano (Mateo 5:23-24).
El Señor Jesús enseño a dar abundantemente y con liberalidad, pero también con honestidad (Mateo 6:2-4), con responsabilidad (Marcos 7:10-13) y sobre todo con amor (Marcos 12:41-44).
Esta conciencia de dar abundantemente al Señor con corazón alegre, ánimo presto y deseo sincero, pasó rápidamente a la iglesia primitiva: “…todos los que habían creído… vendían sus propiedades y sus bienes y lo repartían a todos, según la necesidad de cada uno” (Hechos 2:44-45).

Origen de la Ofrenda (Hechos 11:29; Romanos 12:13)

Toda ofrenda es en principio al Señor, así fue en el A.T. y así lo aprendemos en el Nuevo Testamento (2 Corint. 8:1-5; Filipenses 4:15-18).
Son los hermanos los responsables de ayudar a los pobres y de sostener a los siervos de Dios (Gálatas 6:6; 1 Corintios 9:14); Los creyentes primitivos sentían inmediata responsabilidad por los que habían sido, el medio para que conocieran el evangelio (Romanos 15:27). Tenían conciencia de deuda hacia quienes habían sido instrumentos de su conversión, y ofrendaban con abundancia; con la misma abundancia con que Dios los había bendecidos.
Los apóstoles habían impreso esta conciencia en las iglesias, por ello podemos deducir que ninguna de ellas creía que el diezmo era una ofrenda digna, porque sería como una respuesta a la ley, y en todos estos casos se habla de “esta gracia” (Dios obrando en ellos) ( 2 Corintios 8:6; Romanos 15:15), que supera la ley hasta el infinito (2 Corintios 8:9).

¿Cuánto he de Ofrendar? 2 Corintios 8:11-12; Hechos 11:29

Evidenciando un desinterés lamentable, hay hermanos no han ido más allá de un texto bíblico que pareciera apoyar su posición. Se trata de: “lo que en la bondad de Dios pudiere” (V.1909) o “según haya prosperado” (V.1960) de 1 Corintios 16:2. Naturalmente estos hacen sus cuentas y siempre les va mal, no seria así si siguieran la norma de Hechos 11:29: “…cada uno conforme a lo que tenia” no a lo que le quedaba después de concretar sus planes, no después que me aumente el sueldo. No, sino conforme Dios le haya prosperado ahora. Damos de lo que tenemos, y no de lo que nos sobra.

¿Cómo he de ofrendar?

1 – Con Generosidad: En 2 Corintios 8:2 se habla de “liberalidad” que es un sinónimo de “mano abierta” como se ve en 2 Corintios 9:6: “…el que siembra generosamente, generosamente segará”. El original de este texto dice: “pero el que siembra sobre bendiciones, sobre bendiciones recogerá”. Quiere decir que el sembrador no se limita a su obligación lo cual sería –sembrar lo justo- (ley), sino que avanza y sigue según la semilla que tiene en la bolsa que da para mucho mas de lo que le hubiera correspondido; en este caso esta sembrando “sobre la bendición” recibida y conforme a la prosperidad que tenia. El creyente pobre de fe y mezquino en la siembra, no puede experimentar el valor de la provisión divina y tampoco el significado de: “El que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios” (2 Corintios 9:11).

2 – Con Alegría: La conocida expresión: “Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:7) es tan solo la ultima parte de un texto que comenzó con: “cada uno de cómo propuso en su corazón”. La alegría nace con la primera intención del corazón, que es implantada al ver la necesidad.

3 – Con Periodicidad: En 1 Corintios 16:1-2 dice: “En cuanto a la ofrenda para los santos haced vosotros también de la manera que ordene a las iglesias de la galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga a parte algo…”

4 – Con Responsabilidad: En 1 Corintios 16:2 “…guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas” Pablo quería que cada creyente uniera a la periodicidad de dar cada primer día de la semana la responsabilidad de guardarlo hasta que él viniera. Es evidente que el texto esta enseñando que la honestidad debe privar en la ofrenda. La “acumulación” de lo que corresponde al Señor debe practicarse, vale decir: la separación sistemática de modo que nunca falte o tengamos que dar lo que no es de nuestra voluntad.


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