Al Corazón Contrito Y Humillado, Oh Dios, No Despreciarás
Para el director del coro. Salmo de David,
cuando después que se llegó a Betsabé, el profeta Natán lo visitó.
Es un escándalo. Urías está muerto. Betsabé
fue violada. El bebé morirá. Y Natán dice: “El Señor ha quitado tu pecado” ¿Y
nada más? David cometió adulterio. Él ordenó un asesinato. Mintió. Él despreció
la palabra de Dios. Él dio “ocasión de
blasfemar a los enemigos del Señor”. Y el Señor quitó su pecado (2do de
Samuel 12:13) ¿Qué tipo de juez es Dios? Usted no olvida simplemente una
violación y un asesinato y una mentira. Los jueces justos no actúan así. La
semana pasada estuve compartiendo el evangelio con cuatro personas en la calle,
y nada que yo dijera pudo persuadirles de que un acosador de niños pudiera ser
perdonado. Su escepticismo resonó en mí. Y yo me sentiría indignado por el
comportamiento de Dios aquí, sino fuera por una cosa. El apóstol Pablo compartió
mi indignación y explicó cómo Dios podría ser el Justo y el que justifica a
asesinos y violadores y mentirosos, y sí, aún a los acosadores sexuales de
niños.
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Salmo 51
Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a
tu misericordia; conforme a lo inmenso de tu compasión, borra mis
transgresiones. 2 Lávame por completo de mi maldad, y límpiame de mi pecado. 3
Porque yo reconozco mis transgresiones, y mi pecado está siempre delante de mí.
4 Contra ti, contra ti sólo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos,
de manera que eres justo cuando hablas, y sin reproche cuando juzgas. 5 He
aquí, yo nací en iniquidad, y en pecado me concibió mi madre. 6 He aquí, tú
deseas la verdad en lo más íntimo, y en lo secreto me harás conocer sabiduría.
7 Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve.
8 Hazme oír gozo y alegría; que se regocijen los huesos que has quebrantado. 9
Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis iniquidades. 10 Crea en mí,
oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. 11 No me
eches de tu presencia, y no quites de mí tu santo Espíritu. 12 Restitúyeme el
gozo de tu salvación, y sostenme con un espíritu de poder. 13 Entonces enseñaré
a los transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti. 14
Líbrame de delitos de sangre, oh Dios, Dios de mi salvación; entonces mi lengua
cantará con gozo tu justicia. 15 Abre mis labios, oh Señor, para que mi boca
anuncie tu alabanza. 16 Porque no te deleitas en sacrificio, de lo contrario yo
lo ofrecería; no te agrada el holocausto. 17 Los sacrificios de Dios son el
espíritu contrito; al corazón contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás.
18 Haz bien con tu benevolencia a Sion; edifica los muros de Jerusalén. 19
Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto y el
sacrificio perfecto; entonces se ofrecerán novillos sobre tu altar.
La semana pasada nos enfocamos en el Salmo 42
y en cómo estar desanimados para bien. Y hoy nuestro enfoque está en el Salmo
51 y en cómo ser aplastados por la culpa para bien. Espero que usted esté
notando un patrón. Lo que hace que alguien sea cristiano no es que no se
desanime, y no es que no peque ni se sienta miserable por ello. Lo que hace que
alguien sea cristiano es la relación que tiene con Jesucristo quien moldea como
piensa y se siente el cristiano en su desánimo y por su pecado y culpa.
Aplastados
por la Culpa, para Bien
Los salmos fueron el principal cancionero de
la iglesia primitiva, y fueron diseñados por Dios para motivar y expresar y
moldear los pensamientos y sentimientos de los discípulos de Jesús. De los
Salmos aprendemos cómo pensar en el desánimo y la culpa, y de los Salmos
aprendemos cómo sentirnos en momentos de desánimo y en momentos de terrible
arrepentimiento. Los Salmos nos muestran cómo estar desanimados para bien y
cómo arrepentirnos para bien.
Mi oración es que usted cree el hábito de
vivir en los Salmos de tal manera que el mundo de sus pensamientos y el mundo
de sus sentimientos sea transformado en pensamientos bíblicos puros.
La
Espiral Descendente del Pecado de David
El Salmo 51 es uno de los pocos salmos que
señala su origen histórico. El encabezado del salmo dice así: “Para el director del coro. Salmo de David,
cuando después que se llegó a Betsabé, el profeta Natán lo visitó”. Es bien
conocido lo que sucedió con Betsabé. Aquí está, en pocas palabras bíblicas, en
2do de Samuel 11:2-5: “Y al atardecer David se levantó de su lecho
y se paseaba por el terrado de la casa del rey, y desde el terrado vio a una
mujer que se estaba bañando; y la mujer era de aspecto muy hermoso. 3 David
mandó a preguntar acerca de aquella mujer. Y alguien dijo: ¿No es ésta Betsabé,
hija de Eliam, mujer de Urías heteo? 4 David envió mensajeros y la tomó; y
cuando ella vino a él, él durmió con ella. Después que ella se purificó de su
inmundicia, regresó a su casa. 5 Y la mujer concibió; y envió aviso a David,
diciendo: Estoy encinta.”
Él trató de cubrir su pecado trayendo a su
esposo Urías a casa desde el campo de batalla para que Urías pudiera dormir con
su mujer y pensara que era su bebé. Urías era demasiado noble para llegarse a
su mujer mientras sus compañeros estaban peleando. Así que David se las arregló
para matarle y así casarse rápidamente con Betsabé y de esa manera cubrir su
pecado.
En una de las oraciones más desestimadas de la
Biblia, 2do de Samuel 11 termina con estas palabras: “Pero lo que David había hecho
fue malo a los ojos del Señor” (2do de Samuel 11:27). Así que Dios
envió al profeta Natán a donde David con una parábola que hizo que David
pronunciara su propia sentencia. Entonces Natán dijo: “Tú eres aquel hombre”. Y
preguntó: “¿Por qué has despreciado la palabra del Señor […]?”. David se
quebranta y confiesa: “He pecado contra el Señor”.
Entonces Natán sorprendentemente dice: “El Señor ha quitado tu pecado; no morirás.
14 Sin embargo, por cuanto con este hecho has dado ocasión de blasfemar a los
enemigos del Señor, ciertamente morirá el niño que te ha nacido” (2do
de Samuel 12:7-15).
“El Señor ha quitado tu pecado”
El
Indignante “pasó por alto” de Dios
Esto es lo que Pablo dijo en Romanos 3:25-26.
Esta es una de las declaraciones más importantes en la Biblia para comprender
cómo Cristo se relaciona con los Salmos y con el Antiguo Testamento en general:
Dios exhibió [a Cristo] públicamente como
propiciación por su sangre a través de la fe, como demostración de su justicia,
porque en su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente
[esto es exactamente lo que 2do de Samuel 12:13 dice que Dios hizo, él pasó por
alto el pecado de David], 26 para demostrar en este tiempo su justicia, a fin
de que Él sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús
En otras palabras, la indignación que sentimos
cuando Dios parece simplemente pasar por alto el pecado de David sería una
buena indignación si Dios estuviera solamente barriendo el pecado de David bajo
la alfombra. Pero no es así. Dios, desde la época de David, ve siglos adelantes
la muerte de su Hijo, Jesucristo, quien moriría en lugar de David, de manera
que la fe de David en la misericordia de Dios y en la redención futura de Dios
une a David con Cristo. Y en la mente de Dios, que todo lo conoce, los pecados
de David son contados como los de Cristo y la justicia de Cristo es contada
como su justicia, y Dios en su justicia pasa por alto el pecado de David. La
muerte del Hijo de Dios es suficientemente indignante, y la gloria sustentadora
de Dios es suficientemente grande, de modo que Dios es vindicado al pasar por
alto el adulterio de David y su muerte y su mentira.
Apropiándonos
Diariamente del Perdón
Ahora, esa es la realidad objetiva de cómo
David es perdonado por su pecado y justificado en la presencia de Dios, pero lo
que el Salmo 51 describe es lo que David sintió y pensó mientras se aferraba a
la misericordia de Dios. Algunos pudieran decir que los cristianos después de la
muerte de Jesús no oran ni se confiesan de esa forma, no debieran pensar y
sentirse de esa forma. No creo que eso sea correcto.
Jesús, una vez y por todas, por su vida y
muerte, adquirió nuestro perdón y proveyó nuestra justicia. Nada podemos añadir
a esa adquisición o provisión. Solo por la fe tenemos su perdón y justicia.
Pero ante la santidad de Dios y la maldad del pecado, es correcto que cada día
nos apropiemos y apliquemos lo que él compró para nosotros mediante la oración
y la confesión. “Danos hoy el pan nuestro de cada día. 12 Y perdónanos nuestras deudas, como también
nosotros hemos perdonado a nuestros deudores” (Mateo 6:11-12). La
petición diaria de pan, porque él ha prometido satisfacer cada necesidad; la
oración diaria por el perdón, porque ha sido totalmente adquirida y asegurada
por la muerte de Jesús.
La
Respuesta de David a su Pecado
El Salmo 51 es la forma en que piensa y siente
la gente de Dios con relación a los horrores de su propio pecado. Este es un
salmo que trata acerca de cómo sentirnos correctamente aplastados por nuestros
pecados. Trataré de guiarles a través de cuatro de las respuestas de David a su
pecado.
1.
Se Vuelve Hacia Dios
Primero,
se vuelve hacia su única esperanza, la misericordia y amor de Dios. Versículo 1:
“Ten
piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a lo inmenso de tu
compasión, borra mis transgresiones”. Tres veces, “ten piedad” “conforme a tu
misericordia”, y “conforme a tu inmensa compasión”. Esto es lo que Dios
había prometido en Éxodo 34:6-7: “El Señor, el Señor, Dios compasivo y
clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y verdad; 7 el que
guarda misericordia a millares, el que perdona la iniquidad, la transgresión y
el pecado, y que no tendrá por inocente al culpable”.
David sabía que había culpables que no serían
perdonados. Y había culpables, que por alguna misteriosa obra de redención, no
serían tenidos por culpable, serían perdonados. El Salmo 51 es su manera de
aferrarse a ese misterio de la misericordia.
Sabemos más que David acerca del misterio de
esta redención. Conocemos a Cristo. Pero nos aferramos a la misericordia de la
misma forma en que él lo hizo. Lo primero que hace es volverse indefenso hacia
la misericordia y el amor de Dios. Hoy, significa volvernos indefensos hacia
Cristo
2.
Ora para ser Limpiado
Segundo,
ora para ser limpiado de su pecado. Versículo 2: “Lávame por completo de mi
maldad, y límpiame de mi pecado”. Versículo 7: “Purifícame con hisopo, y seré
limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve”. El hisopo era la rama
usada por los sacerdotes para esparcir sangre sobre una casa que tenía una
enfermedad, a fin de declararla limpia (Levítico 14:51). David clama a Dios
como a su Sumo Sacerdote para que le perdone y le tenga como limpio de su
pecado.
Es correcto que los cristianos pidan a Dios que
les limpie (1ra de Juan 1:7.9). Cristo ha adquirido nuestro perdón. Ha pagado
todo el precio. Pero ello no implica que ya no debamos clamar. Este es el
fundamento de nuestro clamor. Es la razón por la que estamos confiados de que
la respuesta será sí. Así que primeramente David busca indefenso la ayuda de
Dios. Y luego ora para que Dios, en su misericordia, le perdone y le limpie.
3. Él confiesa La Seriedad de su
Pecado
Tercero,
David confiesa al menos cinco formas en que su pecado es extremadamente serio.
3.1.
Dice que no puede sacar al pecado de su mente. Está incrustado en su
consciencia. Versículo 3: “Porque yo reconozco mis transgresiones, y
mi pecado está siempre delante de mí”. Siempre delante suyo. La cinta
sigue corriendo y no podemos detenerla.
3.2. Dice que la inmensa pecaminosidad de su
pecado es que es solo contra Dios. Natán había dicho que David había
despreciado a Dios y había provocado la blasfemia contra su palabra. Así que
David dice en el versículo 4: “Contra ti, contra ti sólo he pecado, y he
hecho lo malo delante de tus ojos”. Esto no significa que Betsabé y
Urías y el bebé no fueran dañados. Significa que lo que hace que el pecado sea
pecado es que es contra Dios. Herir al hombre es malo. Es horriblemente malo.
Pero ese no es el horror del pecado. El pecado es un ataque contra Dios, es una
ofensa a Dios. David lo admite en términos chocantes: “Contra ti, contra ti sólo he
pecado”.
3.3. David vindica a Dios, no a sí mismo. No
hay auto-justificación. No hay defensa. No hay escape. Versículo 4: “[…]
de manera que eres justo cuando hablas, y sin reproche cuando juzgas”.
Dios es justificado. Dios queda sin culpa. Si Dios envía a David hacia el
infierno, Dios será inocente. Este es un arrepentimiento radical, centrado en
Dios. Así es como piensan y sienten los que han sido salvados. Dios haría
justicia al maldecirme. Y si aun estoy respirando es pura misericordia. Y si
soy perdonado es pura misericordia comprada con sangre. David vindica la
justicia de Dios, no la suya
3.4. David intensifica su culpa al dirigir la
atención hacia su corrupción innata. Versículo 5: “He aquí, yo nací en iniquidad, y
en pecado me concibió mi madre”. Algunas personas utilizan su
corrupción innata para disminuir su culpa personal. David hace lo opuesto. Para
él, el hecho de que haya cometido adulterio y asesinato y haya mentido, es la
expresión de algo peor: él es así por naturaleza. Si Dios no le rescata,
seguirá haciendo más y más mal.
3.5. David admite que ha pecado no solo contra
la ley externa, sino contra la luz misericordiosa de Dios en su corazón.
Versículo 6: “He aquí, tú deseas la verdad en lo más íntimo, y en lo secreto me
harás conocer sabiduría”. Dios ha sido su Maestro. Dios le ha hecho
sabio. David había obrado con tanta sabiduría. Y entonces el pecado tomo
ventaja. Y, para David, esto solo empeoró las cosas: «he sido bendecido con
tanto conocimiento y tanta sabiduría. Oh cuán profunda debe ser mi depravación
que pude pecar contra tanta luz».
Así que, al menos de cinco maneras, David se
une al profeta Natán y a Dios al condenar su pecado y confesar las
profundidades de su corrupción
.4. Él ora Pidiendo Renovación
Finalmente, después de volverse desamparado
hacia la misericordia de Dios, y orar por perdón para ser limpiado, y luego
confesar la profundidad y grandeza de su pecado y corrupción, David pide más
que perdón. Pide una renovación. Él está apasionadamente comprometido con ser
cambiado por Dios.
Al menos de seis formas derrama su corazón
para ser cambiado. Solo puedo dirigir su atención a estas seis formas. El punto
principal es: la gente perdonada está comprometida con ser cambiada por Dios.
Los adúlteros, asesinos, mentirosos, los que acosan sexualmente a menores,
detestan que lo que fueron, y van a Dios buscando ser cambiados por él.
4.1. Él ora para que Dios le confirme su
elección. Versículo 11: “No me eches de tu presencia, y no quites de
mí tu santo Espíritu”. Sé que algunos dicen que los cristianos que son
elegidos y están seguros en la soberana gracia de Dios no debieran orar así,
porque ello implicaría que se puede perder la salvación. No lo creo.
Cuando David o yo oramos: “No me eches de tu presencia, y
no quites de mí tu santo Espíritu”, queremos decir: «No me trates como
si no hubiera sido elegido. No me permitas sentirme como aquellos en Hebreos 6
quienes solo han probado el Espíritu Santo. No me permitas caer y mostrar que
solo fui llevado por el Espíritu, y no sostenido por el Espíritu. «Confírmame,
oh Dios, que soy tu hijo y nunca caeré».
4.2. Él ora por un corazón y un espíritu
nuevos, correctos, y firmes: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y
renueva un espíritu recto dentro de mí” (Salmo 51:10). El “espíritu
recto” es el espíritu establecido, firme, inconmovible. Él quiere
acabar con el tipo de inestabilidad que acaba de experimentar.
4.3. Ora por el gozo de la salvación de Dios y
por un espíritu que gozosamente desea seguir la Palabra de Dios y ser generoso
con las personas en lugar de desear explotarles. Versículo 8: “Hazme
oír gozo y alegría; que se regocijen los huesos que has quebrantado”.
Versículo 12: “Devuélveme la alegría de tu salvación; que un espíritu obediente me
sostenga” [NVI].
¿No es sorprendente que en ninguna parte de
este Salmo David haga una oración directa acerca del sexo? Todo comenzó con el
sexo, llevándole al engaño, al asesinato ¿O no fue así? Sigmund Freud pudiera
pensar que todos nuestros problemas emocionales comienzan con el sexo. Pero
David (hablando por Dios), no ve las cosas de esa manera.
El
Pecado Sexual: El Síntoma, no la Enfermedad
¿Por qué no está rogando por la abstinencia
sexual? ¿Por qué no está pidiendo para que los hombres le justifiquen? ¿Por qué
no está orando para proteger sus ojos y para tener pensamientos libres de
deseos sexuales? Porque sabe que el pecado sexual es un síntoma, no la
enfermedad. Las personas dan lugar al pecado sexual porque no tienen la
plenitud del gozo y la alegría de Cristo. Sus espíritus no son firmes y
estables. Son inconstantes. Están seducidos, y se rinden porque Dios no tiene
el lugar que debiera tener en sus pensamientos y sentimientos.
David lo sabía de sí mismo. También es cierto
en nosotros. David nos está mostrando, por la manera en que ora, cuál es la
verdadera necesidad de los que pecan sexualmente. No hay una sola palabra en
este salmo sobre el sexo. En lugar de eso: “Hazme oír gozo y alegría; que se regocijen
los huesos que has quebrantado […] Restitúyeme el gozo de tu salvación, y
sostenme con un espíritu de poder”. Esto es sabiduría profunda para
nosotros.
4.4. Pidió a Dios que su gozo sobreabundara en
alabanzas. Versículo 15: “Abre mis labios, oh Señor, para que mi boca
anuncie tu alabanza”. La alabanza es e resultado del gozo en Dios
cuando se eliminan los obstáculos en el camino. Por eso está orando: «Oh Dios,
vence todo lo que en mi vida mantiene mi corazón insensible y hace callar mi
boca cuando debieran estar alabando. Haz que mi gozo sea irreprensible».
4.5. Pide que el resultado final de todo lo
sucedido sea una vida de evangelismo efectivo. Verso 13: “Entonces enseñaré a los
transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti”. David
no está satisfecho con ser perdonado. No está satisfecho con ser limpiado. No
está satisfecho con ser elegido. No está satisfecho con tener un espíritu
recto. No está satisfecho con estar gozoso en Dios. No estará satisfecho hasta
que su vida quebrantada sirva para sanar a otros. “Entonces enseñaré a los
transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti”.
4.6. Lo que nos lleva hasta el último aspecto.
En esta situación, David ha descubierto que Dios le ha quebrantado (v.8), y que
un corazón contrito y humillado es la marca de todos los hijos de Dios. Verso
17: “Los
sacrificios de Dios son el espíritu contrito; al corazón contrito y humillado,
oh Dios, no despreciarás”.
El
Gozo de un Corazón Quebrantado
Esto es fundamental para todo. Ser cristiano
significa ser quebrantado y contristado. No cometa el error de pensar que usted
está más allá de esta vida. Es la marca de los hijos felices de Dios hasta que
mueren. Estamos quebrantados y contristados en todo nuestro viaje a casa, a menos
que el pecado nos tome la delantera. Estar quebrantados y contritos no limita
nuestro gozo y alabanzas y testimonio. Es el sabor del gozo cristiano y la
alabanza y el testimonio. Casi uso las palabras de Jonathan Edwards quien lo
dijo mejor que yo.
Todos los afectos de la gracia [sentimientos y
emociones] que son un dulce [aroma] de Cristo… son sentimientos de un corazón
quebrantado. El amor cristiano verdadero, sea a Dios o a los hombres, es un
amor humilde y de un corazón quebrantado. Los deseos de los santos, aunque sean
muy anhelados, son deseos humildes: su esperanza es una esperanza humilde; y su
gozo, aun cuando es inefable, y lleno de gloria, es el gozo humilde de un
corazón quebrantado…1
Amén.
Por John Piper.Website: desiringGod.org
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