Siguiendo a Cristo en Nuestras Vidas

Mateo
28:18-20 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el
cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy
con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Veamos la frase
en el versículo arriba: “haced discípulos” y “enseñándoles que guarden” ¿Son
estas las actividades de la iglesia Moderna y Postmodernista de hoy? ¿Nuestro
evangelismo y enseñanza a nuevos creyentes van más allá de lo superficial y
hace estas dos cosas? Nuestras iglesias evangélicas crecen numéricamente; la
gente profesa salvación. Esta gente comienza a vivir un estilo de vida “nacido
de nuevo” (por lo menos en la superficie) —escuchan música Cristiana, leen
libros Cristianos de auto ayuda, y regularmente van a la iglesia. Pero, ¿dónde
está el efecto dramático en nuestra sociedad que la iglesia primitiva produjo?
¿Qué hemos forjado con nuestros esfuerzos en el evangelismo? De acuerdo a
nuestro Fundador, el propósito de nuestro evangelismo no es crear nuevos
miembros de la iglesia, convencer a la gente a que vive algo de Cristianismo, o
animarlos a adoptar un estilo de vida superficial. Nuestra meta como iglesia, y
como congregaciones individuales y creyentes, es hacer discípulos que aprendan
a seguir a Cristo.
¿Qué significa
ser un discípulo de Cristo? Como con muchas otras cosas, necesitamos hablar un
poco sobre lo que no significa. Como ya lo mencionamos, ciertamente no
significa hacer algunos gestos religiosos y cambiar tu forma externa de vivir
un poco. Tampoco significa necesariamente hacer muchos gestos religiosos y
cambiar tu forma externa de vivir radicalmente, aunque eso podría ser parte del
proceso dependiendo de tu estilo de vida anterior. No significa que tienes que
vestir ropa negra y una expresión facial sombría, como un vigilante de la
moralidad para que todos lo vean. Seguir a Cristo comienza con un cambio
interno de corazón, arrepentimiento, y Fe, la experiencia total que llamamos el
Nuevo Nacimiento—continúa creciendo en el discipulado de adentro hacia fuera.
La transformación de adentro hacia fuera no ocurre de forma instantánea—no
aparece de repente.
El discipulado
comienza con “ser añadidos a la iglesia” (Hechos 2:47), e involucrarse en la
vida de la iglesia, en la enseñanza, en el compañerismo, partiendo el pan, y en
la oración. Una persona que quiere ser discipulado alejada de una visible, y
funcional congregación de creyentes en Cristo quiere lo imposible. El
Discipulado ocurre en la iglesia local. Esto significa que un nuevo creyente
debe buscar una congregación que acepta y sigue la Regula Fidei, o Regla
de Fe, y que es activa en la enseñanza a nuevos creyentes.
Un nuevo
creyente no debería escoger una iglesia por su estilo de adoración, aunque una
adoración activa y vigorosa es importante. Un nuevo creyente no debería escoger
una iglesia solo por su atmósfera amigable, o donde la gente pertenece a su
misma clase socioeconómica y grupo étnico. Lo principal que un nuevo creyente
debe buscar en una iglesia es que sea fiel a las enseñanzas básicas y ortodoxas
de la Biblia, y que tenga un ministerio sólido de enseñanza. Una vez que se ha
hecho miembro de una congregación de creyentes, el nuevo cristiano debe
activamente asistir a tantas reuniones de adoración y enseñanza de la iglesia
como sea posible. Ciertamente, la escuela Dominical, predicación, y servicios
de oración son necesarios. Si hay estudios Bíblicos disponibles, el nuevo
discípulo debe buscar uno que ministre sus necesidades de enseñanza y
compañerismo. Si hay un programa de discipulado en la congregación local, el
nuevo “convertido” debería formar parte de él.
La actitud que
el creyente debe tener en el discipulado es muy importante. Necesitamos
mantener en mente el hecho de que estamos pasando por un proceso de
transformación que involucra dos cosas—una que vemos y sentimos, y la más
importante, la ministración que Dios está haciendo dentro de nosotros en
secreto. “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido—no como en mi
presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia—ocupaos en vuestra
salvación con temor y temblor,” (Filipenses 2:12). Esto demuestra el lado que
vemos y sentimos—y parece que estamos haciendo trabajo original.
Pero el resto
de la oración esta en el versículo 13, “…porque Dios es el que en vosotros
produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” La acción
importante es lo que no vemos—es el Omnipotente, Soberano Dios trabajando en
nuestras vidas llevando a cavo Su voluntad.
Siempre que
tratamos con este tema en la iglesia, nos encontraremos peleando con el
síndrome de “no me juzgues.” La gente trata de ignorar o evadir los claros
textos de la Biblia y sus aplicaciones en la vida con una discusión al sentirse
atacados por la persona que pone en evidencia el problema. No nos engañemos, si
estamos en una situación de rebelión habitual y pecado, y profesamos el
Cristianismo, “callar al delatador” no elimina el problema. La gente que usa la
frase “no me juzgues” da mal uso a mucho de las Escrituras, como en Mateo 7:15,
que nos dice como juzgar adecuadamente con la actitud correcta, y esta gente
trata de decir que juzgar no es apropiado en ningún caso—“todo está entre yo y
Dios.” Esta es solo una forma de tratar de esconderse detrás de una supuesta
tecnicidad. No debemos juzgar en el sentido de condenación de justicia propia,
pero como creyentes individuales, tenemos la obligación de confrontar el
pecado, con oración, amor y humildad.
Gálatas
6:1 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois
espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti
mismo, no sea que tú también seas tentado.
Santiago5:19-20
Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno
le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino,
salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.
Corporativamente,
la verdad es que la iglesia local DEBE juzgar su propia gente cuando esta se
encuentra en verdaderos problemas de pecado, o está deshonrando a nuestro Señor
y a la congregación. En 1 Corintios 5 y 6, Pablo reprende severamente a la
iglesia en Corinto porque no hacían nada para juzgar a un creyente que era
abiertamente rebelde, y porque estaban trayendo las contiendas entre sus
miembros a tribunales seculares. La verdadera perspectiva es que debemos hacer
lo que nos dijo Jesús en Juan 7:24, y “Juzgar con Juicio Justo.” Los que
profesan la fe Cristiana no son actores independientes—tenemos una obligación
para con nuestro Señor y para otros creyentes, nuestra congregación local, y la
iglesia en general para vivir como Cristo desea que vivamos.
Una vez que
dejamos atrás el síndrome de “no me juzgues,” tenemos que darnos cuenta que hay
muchas instrucciones en la Biblia sobre el comportamiento que los Cristianos
debemos tener. Nuestras vidas no deben ser centradas en lo que no hacemos-PERO
hay reglas de estilo de vida, cosas que un Cristiano DEBE hacer y cosas que NO
debe hacer. En lugar de dar una lista sobre esto, hablaremos acerca de
categorías generales que la Escritura nos enseña en esta área, y sobre algunas
cosas muy específicas.
Los valores
personales de un creyente no son cosas que él o ella decide—la Biblia nos dice
lo que estos deberían ser. Si sabemos porque estamos aquí lo que la Verdad es,
entonces estamos en el camino adecuado para una vida obediente. Necesitamos
combinar esto con el reconocimiento de la influencia continua del pecado en
nuestras vidas y la necesidad de combatirlo con la ayuda de Dios.
Los creyentes
en Cristo deben tener Respeto por la Vida Humana, porque Dios es el autor de
cada vida, y Él nos dice que no debemos cometer asesinato. Esto pone a los
cristianos creyentes de la Biblia en directa oposición con los que están a
favor de los abortos y eutanasia; que tanto predominan en nuestra sociedad hoy
en día. Los cristianos deben tener respeto por el Gobierno.
Esto aplica a
la providencia de Dios en nuestras vidas individuales y al gobierno secular que
él ha establecido para gobernar la sociedad. Debemos tener Respeto por la
dignidad del ser humano en general y de la gente individual sobre las plantas y
animales, sobre las necesidades personales, deseos, y posesiones materiales.
Dios creó a la gente para que viviera con Él eternamente—somos creados a imagen
y semejanza de Dios. Las personas son más importantes que los animales, y el
movimiento de igualar los derechos de los animales con los del ser humano es
paganismo total. Esto no quiere decir que la crueldad innecesaria sea
aceptable, pero reconoce lo que la Biblia enseña acerca de nuestro domino sobre
los animales, los cuales son nuestros y para nuestro beneficio.
Génesis 1:26-28
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las
bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y
creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los
creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la
tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los
cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
Los cristianos
debemos ejercitar la responsabilidad Personal—siempre debemos vivir nuestra
vida con voluntad y esfuerzo para trabajar y mantenernos con honestidad:
2 Tesalonicenses
3:6 Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que
os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza
que recibisteis de nosotros
2 Tesalonicenses
3:10-12 Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si
alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que algunos de entre
vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en
lo ajeno. A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que
trabajando sosegadamente, coman su propio pan.
El tema más
fuerte hoy en día para los creyentes probablemente sea la sumisión a las reglas
de Dios en cuanto a la sexualidad, recordemos que la actividad sexual legítima
es solamente entre un hombre y una mujer unidos en el matrimonio. Esto reconoce
la enseñanza Bíblica de que las relaciones sexuales entre personas del mismo
sexo, el adulterio, sexo antes del matrimonio, incesto y bestialidad son
comportamientos inaceptables, y no deberían ser practicados por los creyentes
cristianos. No solamente no debemos practicarlo, tampoco, como un cuerpo,
debemos tolerar este tipo de comportamiento en nuestra congregación, tampoco
debemos, como congregación aprobarlo en la vida de otros—debemos expresarlo
amorosamente, pero no debemos aprobar estilos de vida que van en contra de las
leyes de Dios.
1
Corintios 6:9-11 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No
erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los
afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni
los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de
Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido
santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por
el Espíritu de nuestro Dios.
1
Corintios 6:18-20 Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre
cometa, está fuera del cuerpo; más el que fornica, contra su propio cuerpo
peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está
en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido
comprados por pre precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en
vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
Romanos
1:25-27 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando
culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos.
Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres
cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo
también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su
lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y
recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.
Para guiarnos
en nuestro comportamiento, tenemos las porciones de la Ley del Antiguo
Testamento y escritos repetidos o re-enfatizados en el Nuevo Testamento, o que
son congruentes con el Nuevo Pacto. Por ejemplo, encontramos 9 de los 10 mandamientos
repetidos en el Nuevo Testamento—siendo la excepción el día sábado. Encontramos
en la Ley del Antiguo Testamento prohibiciones específicas contra inmoralidad
sexual y perversión las cuales son repetidas y aumentadas por Pablo.
Encontramos en el Antiguo Testamento prohibiciones específicas contra idolatría
y prácticas religiosas paganas, y encontramos una riqueza de consejos prácticos
y advertencias en Proverbios y Eclesiastés. Finalmente, tenemos los muchos
ejemplos de las Historias narrativas de cómo la gente batallo con el pecado y
como encontró esperanza en la ayuda de Dios. Pablo nos dice que estas cosas
“ocurrieron como ejemplos.” (1 Corintios 10:6) Para ayudarnos en nuestro diario
vivir. En el Nuevo Testamento, tenemos muchos mandamientos. En general, estos
mandamientos nos dicen cómo debemos de vivir en la Iglesia, en la Familia, y en
la Sociedad. Nuestro Salvador nos llama y nos invita a seguirlo en nuestras
vidas—hagámoslo así.
Cristianismo Histórico
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