La Bienaventuranza de no Poseer Nada

Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de Dios. Mateo 5:3 Antes que Dios creara al hombre, preparó para él un mundo lleno de cosas hermosas para su sustento y deleite. Todo lo que Dios creó fue para el bienestar del hombre, pero era indispensable que todo estuviera subordinado a él. El Génesis las llama simplemente “cosas.” Fueron creadas para su uso y siempre debían ser externas a él. Allá en lo profundo del corazón del hombre debía haber un sitio ocupado únicamente por Dios; afuera, podían estar los mil dones conque Dios lo había bendecido. Pero el pecado introdujo complicaciones, e hizo que los dones de Dios se convirtieran en instrumentos dañinos para el alma. Nuestros infortunios comenzaron cuando Dios fue “forzado” a salir de su santuario, y las “cosas” ocuparon su lugar. Por eso no tenemos paz, porque hemos quitado a Dios del trono de nuestro corazón, y tenaces y agresivos usurpadores pelean por el primer lugar. Esto no es una simple metáfora, sino e...